Hoy es nuestro tercer día en la bella ciudad de Roma, y hemos decidido dedicarlo a explorar uno de los lugares más emblemáticos: el Vaticano. No es solo la sede de la Iglesia Católica y el hogar del Papa, sino también un tesoro de arte, historia y cultura que nos ha dejado boquiabiertos.
Aquí te presentamos una guía para descubrir algunos de los lugares que no puedes perderte en tu visita.
El Vaticano en un día
Lo primero que hay que tener en cuenta es que el Vaticano es muy popular y suele haber mucha gente. Por eso, es importante planificar bien la visita. Nosotros madrugamos y a las 8:30 ya estábamos haciendo cola para entrar. Tardamos unos 10 minutos en pasar el control de seguridad. Aunque parezca pronto, te aseguramos que merece la pena. Pasadas las 9:00h. las colas son interminables. Las entradas para los Museos Vaticanos las sacamos por internet para las 11:30h.
Cúpula de San Pedro
Entramos y subimos directos a la cúpula. Una vez dentro de la basílica, tienes dos opciones: puedes subir los 551 escalones a pie por 8€ o coger el ascensor que te lleva a un nivel intermedio, y luego subir 320 escalones por 10€. Optamos por la segunda.
Una vez que sales del ascensor, te encuentras debajo de la majestuosa cúpula, diseñada por Miguel Ángel y completada por Giacomo della Porta y Domenico Fontana. Aquí, puedes asomarte y ver la basílica desde una perspectiva única, con los mosaicos y las inscripciones que adornan la cúpula justo sobre ti. Antes de seguir subiendo, puedes salir a la terraza y ver por detrás las estatuas de los apóstoles, que adornan la basílica. Aquí hay una pequeña tienda de souvenirs.
Continuando la subida, las escaleras se vuelven más estrechas y la inclinación de la pared te obliga a inclinarte hacia un lado. Es un poco como ser un contorsionista, ajustando tu cuerpo a la curvatura de la cúpula. Finalmente, llegamos al balcón exterior. Desde aquí, la vista es simplemente espectacular.
Puedes ver toda la Ciudad del Vaticano, la plaza de San Pedro, su forma de llave se hace evidente, simbolizando las llaves del reino de los cielos que se le dieron a San Pedro, y más allá, con Roma extendiéndose hasta donde alcanza la vista.
Basílica de San Pedro, el Vaticano
Descendiendo de la cúpula, nos adentramos en la imponente Basílica de San Pedro, uno de los lugares más sagrados del cristianismo. Pero no solo es el corazón religioso del Vaticano, sino también una obra maestra del Renacimiento y el Barroco.
Su majestuosa fachada, sus impresionantes columnas y su interior lleno de obras maestras, como la Piedad de Miguel Ángel y el baldaquino de Bernini, te dejarán sin palabras. La entrada a la basílica es gratuita.
La cripta de los papas del Vaticano es el lugar donde se encuentran los restos mortales de la mayoría de los papas desde el siglo X hasta la actualidad. Está situada en el primer nivel subterráneo de la Basílica de San Pedro, debajo del altar mayor. La entrada a la cripta es gratuita y no se necesita reserva previa.
La cripta de los papas no debe confundirse con la necrópolis vaticana, que es el lugar donde se halla la tumba de San Pedro y otros restos arqueológicos de la época romana. La necrópolis está en el segundo nivel subterráneo de la basílica y su acceso es muy restringido. Para visitarla hay que solicitar una autorización especial y pagar una entrada de 13 euros.
En la Basílica también encontrarás el Museo del Tesoro. Una de las joyas ocultas del Vaticano. En él se conservan objetos de gran valor histórico, artístico y religioso que han sido donados a la basílica a lo largo de los siglos. La entrada al museo cuesta 10 euros.
Museos Vaticanos
Antes de visitar los Museos Vaticanos, te recomendamos comprar las entradas por internet para evitar las largas colas que son habituales allí. Las puedes comprar en su página web oficial. El precio de la entrada es de 25€ o 20€ si la compras haciendo cola.
Al llegar, es absolutamente alucinante la cantidad de gente que hay para entrar. A pesar de haber visitado el Louvre, donde también había multitudes, la sensación de agobio en los Museos Vaticanos era mucho más intensa. Esto se debe probablemente a la estrechez de los pasillos y la disposición de las salas.
Los Museos Vaticanos son una de las mayores colecciones de arte del mundo, que albergan obras maestras de diferentes épocas y culturas. Entre las miles de piezas que se exhiben, estas son algunas de las más interesantes que no debes perderte:
Laocoonte y sus hijos: una impresionante escultura que representa el castigo que sufrió el sacerdote troyano Laocoonte por advertir sobre el caballo de Troya.
Apolo de Belvedere: una de las mejores representaciones del dios griego de la belleza y las artes, que se conserva en perfecto estado.
La Transfiguración: el último cuadro pintado por Rafael, que muestra la escena bíblica en la que Jesús se transfigura ante sus discípulos.
La Galería de los Mapas: un pasillo de 120 metros de largo que contiene 40 mapas pintados al fresco que representan las regiones de Italia y los territorios de la Iglesia en el siglo XVI.
El Descendimiento de la Cruz: una obra maestra de Caravaggio, que retrata el momento en que el cuerpo de Cristo es bajado de la cruz con gran realismo y dramatismo.
El Museo Egipcio Gregoriano: una colección de objetos y esculturas procedentes del antiguo Egipto, que incluye sarcófagos, momias, estatuas de dioses y faraones, y una reproducción de la tumba de Tutankamón.
Las Estancias de Rafael: cuatro salas que fueron decoradas por el genial pintor renacentista con frescos que representan escenas religiosas, filosóficas y artísticas. Destaca la famosa Escuela de Atenas, que muestra a los principales pensadores de la antigüedad.
Aunque lo más impresionante es la Capilla Sixtina. Al entrar, te envuelve un silencio reverente, interrumpido solo por los murmullos de asombro de los visitantes. La vista de los frescos de Miguel Ángel es sobrecogedora; la famosa Creación de Adán y el Juicio Final dominan el espacio con una majestuosidad que desafía el tiempo. Dentro hay mucha seguridad, vigilando que no se hagan fotos e invitando a salir para regular el aforo. Pero pudimos sentarnos allí unos minutos y parece que aquel techo cobrara vida.
Tardamos en recorrerlos un poco más de 2 horas y media, teniendo en cuenta que no lo vimos absolutamente todo, ya que escogimos un recorrido corto para llegar antes a la Capilla Sixtina. Al salir era hora de comer.
Los alrededores del Vaticano
Via della Conciliazione
La Via della Conciliazione es una amplia avenida que conecta el Vaticano con el Castillo de Sant’Angelo y el centro de Roma. Así que después de ver los Museos Vaticanos, paseamos por ella hasta llegar al Castillo, siguiente visita del día. En toda la calle hay cafeterías, tiendas de recuerdos, y unas vistas impresionantes de la cúpula de San Pedro y más adelante del Castillo de Sant’Angelo.
Castillo de Sant’Angelo
El castillo de Sant’Angelo es uno de los monumentos más emblemáticos de Roma, situado a orillas del río Tíber, cerca del Vaticano. Como teníamos la Roma Pass, no tuvimos que hacer cola para entrar. Sin la Roma Pass, el precio de la entrada es de 16€. Su historia se remonta al siglo II d.C., cuando el emperador Adriano lo mandó construir como su mausoleo personal y de su familia.
Con el paso del tiempo, el mausoleo fue transformado en una fortaleza militar, una residencia papal, una prisión y un museo. En su interior se pueden admirar obras de arte, salas decoradas, apartamentos papales y una biblioteca. Desde la terraza superior se puede disfrutar de una vista panorámica de la ciudad.
El castillo de Sant’Angelo también es famoso por su relación con la novela «Ángeles y demonios» de Dan Brown, que narra una conspiración de una antigua secta llamada los Illuminati para destruir el Vaticano con una bomba de antimateria. El castillo es uno de los escenarios de la trama, donde el protagonista, el profesor Robert Langdon, encuentra una de las pistas para resolver el misterio.
Mapa: el Vaticano y sus alrededores, día 3
Ha sido un día inolvidable, lleno de emociones y descubrimientos, que nos ha hecho sentir más cerca de la historia y la fe de esta ciudad eterna. Mañana seguiremos conociendo otros rincones de Roma, pero hoy podemos decir que hemos visitado el corazón de la cristiandad.
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