Llegamos al final de esta aventura por Normandía y no podíamos irnos sin hacer la visita estrella de la zona, Le Mont Saint-Michel. Este enigmático islote con su impresionante abadía es de esos sitios que teníamos marcados en el mapa desde hacía tiempo. ¿Tú también lo tienes apuntado en la lista?

Si te quedas hasta el final, te explicamos la visita a la abadía, nuestro paseo nocturno, dónde no comer crepes y un buen sitio para pernoctar con la autocaravana.

Le Mont Saint-Michel a vista de drone

Bienvenido al Mont Saint-Michel

Ir en el autobús y ver como te acercas al monte ya impresiona. Aunque lo hayas visto miles de veces en fotos, no es lo mismo que verlo en directo. Vale la pena recorrer esas callejuelas empinadas y perderte por las murallas desde las que se ve toda la costa. 
La visita es estupenda, pero no olvides que es un lugar muy turístico y dependiendo de la época del año en la que vayas puede estar completamente masificado.
Pasear por sus calles te transportan a la Edad Media sí, pero no nos gustó que en todas las casas hay tiendas de souvenirs, bares y restaurantes, todo un saca dinero para turistas, que le hacen perder parte de magia y misticismo.
A principios de julio, la marea estaba muy baja. A cualquier hora del día el agua se mantenía a la misma distancia. Así que no vimos el espectáculo de las mareas. Dicen que es una maravilla contemplar la subida del agua. El mar se acerca como si fuera un ejército de caballos al galope.

 

Calles empedradas Mont Saint-Michel

 

La visita a la abadía

Muchos turistas se limitan a llegar hasta allí, pasear, hacer cuatro fotos y se marchan sin visitar la abadía. Pero nosotros sí te recomendamos hacer la visita. Vale mucho la pena sumergirte en la historia de este monumento, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Como hacemos siempre, madrugamos para ver la abadía. A las 9:00, hora de apertura, ya estamos en la puerta. La entrada cuesta 11€ + 3€ de la audioguía y el recorrido se puede hacer en 1 hora y media tranquilamente. Al ir temprano casi no hay gente, pero al salir la cola para entrar es considerable. Las entradas las puedes comprar por internet y ahorrarte parte de la cola, no toda.

La abadía del Mont Saint-Michel es un monumento único y no puede compararse a ningún otro monasterio de los que hayamos visto. Arquitectónicamente es espectacular. La forma del monte es piramidal y el edificio se construyó en la Edad Media. Teniendo que superar las dificultades topográficas y sin olvidar las exigencias de la vida monástica.

Una vez dentro, pasando por la entrada fortificada, lo primero que te encuentras es la escalera del Grand Legré que sube hasta la terraza de Sant-Gaultier. El camino transcurre entre la iglesia y los edificios abaciales, construidos entre los siglos XIV y XVI. Una vez arriba, desde la terraza del oeste, las vistas son impresionantes. Se ve desde el peñasco de Cancale, al oeste y en Bretaña, hasta los acantilados normandos al oeste. Desde aquí también se puede ver la aguja neogótica del campanario y rematada por la estatua de San Miguel.

Uno de los espacios que más nos gustó fue el claustro. Una galería que permitía circular por los diferentes edificios, era un lugar de oración y de meditación. Desde aquí se accede al refectorio, la cocina, la iglesia, el dormitorio o el archivo.

Abadía Le Mont Saint-Michel

Paseo nocturno por el Mont Saint-Michel

Aquella noche del 3 de julio, los miles de visitantes que había de día ya no estaban. El monte se queda prácticamente vacío y la percepción es completamente distinta. La verdad que somos unos privilegiados de poder disfrutar de un lugar así, porque te hace retroceder en el tiempo y quizá se pueda llegar a comprender el espíritu del sitio.

Paseamos solos por las calles e intentamos dar la vuelta al monte por la arena, pero a medio camino tuvimos que darnos la vuelta por la cantidad de barro que había acumulado. Las fotos nocturnas son magníficas, aunque por culpa del Covid no había el espectáculo de luces que se hace cada año los meses de julio y agosto. Efectos sonoros y visuales que hacen que el monte todavía sea más mágico, pero no nos quedamos con las ganas verlo.

Le Mont Saint-Michel de noche

Para los golosos: chuches gigantes

Siempre te recomendamos lugares para comer o tomar algo, pero en este caso te vamos a decir dónde no parar. El chiringuito se llama «La Terrasse» y está nada más entrar al recinto del Mont Saint-Michel. Es el típico restaurante para turistas, absolutamente lleno, con precios desorbitados porque no tienen competencia. Productos mediocres que camuflan la poca calidad con cantidades exageradas de Nutella.  2 crees, 1 gofre y 2 cervezas, 26€. Nos salió cara la merienda.

En la calle principal, tienes una tienda de chuches tipo Captain Candy. Entras y tiene una decoración de piratas. Con golosinas gigantes de todo tipo, aunque no dejan de ser las típicas chuches de toda la vida. Compramos 3 cosas: 1 fresa, 1 plátano y 1 nube por 8,70€. Sí, todo es caro en el Mont Saint-Michel.

 

Camping du Mont Saint-Michel

En nuestro caso, nos quedamos 2 noches en el Camping du Mont Saint-Michel. Es el camping más cercano y para llegar hasta el Mont Saint-Michel se puede ir caminando o coger los buses gratuitos en la misma puerta. Es un camping sencillo, pero las parcelas son amplias, con sombra y hay un bloque de lavabos, duchas y fregaderos.

Hicimos la reserva desde casa porque está ubicado en una zona privada a la que no pueden entrar los vehículos sin un código de acceso. Este código te lo facilitan desde el camping para que puedas pasar la barrera y entrar. Al estar en esta zona restringida tienes que pagar un coste adicional de 10€ por cada 24 horas, pero tuvimos suerte y el día de salida estaba la barrera abierta, así que no pagamos nada extra.

Camping du Mont Saint-Michel

En el entorno del camping hay restaurantes y tiendas de souvenirs, pero ningún supermercado. Así que  te recomendamos llevar la compra hecha. Eso sí, en la recepción puedes reservar pan.

El precio que se paga 53€ (2 noches 3 adultos) compensa si no vas a hacer una visita relámpago y realmente quieres disfrutar sin prisas. Ver el monumento en diferentes horas, las mareas o las luces de día y de noche. Para una visita express tienes el parking de autocaravanas (48.608411, -1.508183) con un precio en temporada alta de 19€ las 24h.

En definitiva, el Mont Saint-Michel es la joya de Normandía. Uno esos lugares para visitar por lo menos una vez en la vida. Muy recomendable ver la abadía y si es con audioguía mejor. Aunque tristemente no deja de ser un centro comercial para turistas. 

 

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